SUEÑOS POSIBLES!!!
Pude concretar el viaje que teníamos planeado con Marita, amiga y guía de turismo también. Aunque el día estuvo fresquito pudimos aprovecharlo al máximo y el sol hizo que se viera todo más lindo y fuese más cálido.
Salí de casa a las 7 hs bien tempranito, aún oscuro, super abrigada y mi respiración producía en el ambiente un “humito” que me recordaba la baja temperatura. Viajamos a San Pedro, esto está ubicado a 180km al norte de la ciudad de Buenos Aires, es una de las ciudades a orillas del río Paraná.
Llegamos y nuestra primera visita fue a la campiña de Mónica y Cesar Macetti, ambos reconocidos y respetados periodistas de nuestro país, ahora jubilados, comparten con la comunidad la concreción de su sueño.
Mientras nos dirigíamos hasta allí, teníamos que recorrer un trayecto de casi 20 minutos de viaje, daba para percibir la gran diferencia que existe entre este pueblo y la ciudad de Bs. As. Todos los habitantes se conocen y se saludan, el transporte público no tiene paradas preestablecidas, sino que se detiene donde el pasajero lo solicita. La típica plaza, las callecitas tranquilas, los vecinos sentados a la puerta disfrutando de una charla y un mate, animales sueltos, una chancha que se pasea con libertad por los frentes de las casas... construcciones bajas, la mayoría sin rejas y el aire puro envuelve todo el paisaje.
En la campiña de Mónica y Cesar nos recibe una guía que nos mostrará el lugar, previamente nos invita a sentarnos en un pequeño quincho adaptado como sala de video. Obviamente, ellos son expertos en locución y en transmitir un mensaje con claridad, pero este video me impactó fuertemente, tal vez, porque me identifiqué con el mensaje o simplemente porque lograron su objetivo. Comienza contando cuándo plantaron el primer naranjo, esto fue en 1980 y cómo fue el proceso de un sueño y la concreción del mismo. Hoy tienen miles de hectáreas de su propiedad y una producción de naranjas y duraznos que en su gran mayoría son para exportación.
Caminamos observando los naranjos mientras la guía nos explicaba acerca de los cuidados y secretos que merece cada etapa de crecimiento, después pasamos por los galpones donde se las prepara para el empaque. Recorrimos el campo hasta llegar a la dulcería donde en forma artesanal se elaboran riquísimos dulces frutales y nos dejó en el almacén donde comercializan los productos.
A través de todo el recorrido recibí mensajes muy claros como orden, organización, limpieza, calidez, etc. El lugar, el personal, la publicidad, los detalles, la higiene, todo me hablaba de esto. Excelencia, es la palabra que para mi encerraría lo que no fue dicho con palabras. Charlaba con Marita y le decía, “ESTO es lo que yo quiero” lograr concretar mi sueño de esta manera, para que a través de los años de esfuerzo pueda ver el fruto y disfrutar de la satisfacción que da la concreción de un proyecto.
Salí sorprendida, había entrado sin demasiadas expectativas, pensando que tal vez fuera una pérdida de tiempo, pero al terminar la visita tuve la seguridad de que la concreción de un sueño no es imposible, ellos lo alcanzaron y esto me alentó a seguir luchando para alcanzar mi sueño.
Después de almorzar, volvimos al centro de San Pedro, ahora queríamos ir a la costanera y al casco histórico. Recorrimos las calles hasta llegar a un paseo público, una zona arbolada que a través de diferentes senderos te permite entrar en contacto con el río Paraná. El sol estaba en la posición ideal, reflejándose sobre el agua tranquila, los sauces enmarcaban el paisaje y allí tuvimos nuestro momento de quietud y contemplación... los pájaros cantaban y de cuando en cuando algún kajakista pasaba agitando las aguas. Por supuesto, que no podía faltar una buena mateada... y aunque moríamos por quedarnos un rato más, tuvimos que dejar ese pequeño paraíso para hacer el resto de nuestro recorrido y lograr los contactos necesarios para nuestros futuros pasajeros.
El sol ya estaba cayendo y el aire comenzaba a sentirse más frío... un perrito se “enganchó” en nuestra caminata hacia el casco histórico y se mantuvo junto a nosotras fielmente en todo nuestro recorrido, esto acentuaba el ambiente pueblerino je! je!
Era hora de regresar y así lo hicimos, llegué a casa a las 23hs, “fundida”, pero con la firme decisión de concretar mi sueño.
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